El proceso de elaboración: la alquimia de lo manual

Fruta y azúcar de caña, nada más.

Ésta es la característica de los productos que elaboramos. Ningún tipo de aditivo, de ninguna clase. Se deja que cada fruta reaccione con el azúcar de caña de forma natural, aportando su toque propio en cada una de las referencias que tenemos. El trabajo a mano integral es el sello distintivo de los productos de Confituras Tradicionales. Las mejores frutas de mejor calidad son personalmente seleccionadas por los Maestros Confitureros, para posteriormente ser deshuesadas, peladas y desrabadas a mano.

Una por una, dejando la fruta lista para su encuentro con el azúcar de caña, siempre que se puede, se respeta la integridad de la fruta, haciendo que los trozos de fruta sean los protagonistas indiscutibles de cada uno de nuestros tarros. Tarros que son llenados uno a uno, con paciencia y mano exacta, con la ayuda de un cazo y un embudo, a mano. 

Un proceso meticuloso, de total interacción humana, que infunde en cada tarro un toque de humanidad, y que hace que cada tamo de mermelada sea único.

Una elaboración a la antigua, en nuestras vetustas ollas centenarias  que susurran mil secretos a nuestras preparaciones, y aportan ese toque de sabiduría que sólo las sabias almas experimentadas tienen.

Elaboramos nuestras mermeladas con el mayor respeto de las tradiciones culinarias que nos han sido legadas y transmitidas.

El resultado: un producto excepcional.